Mucha gente cree que el respeto ajeno o la tolerancia significa "aceptar las ideas de los demás". Dicha definición es problemática. Un cristiano no puede "aceptar las ideas" de un ateo, de la misma forma en que un ateo no "acepta las ideas" de que Cristo es el Señor. "Aceptar las ideas de los demás" implicaría un cambio de opinión para estar de acuerdo con las mismas ideas de la otra persona. Es claro que esto es utópico: no podemos aceptar las ideas de todos, dado que las ideas de las personas son en muchos casos mutuamente excluyentes, contrarias u opuestas.
La división ideológica y la enemistad entre un grupo y otro son realidades reconocidas en la Biblia. Jesucristo dijo:
(Mateo 12:30): "El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama"
(Lucas 12:51-53): "¿Pensáis que vine a dar paz en la tierra? No, os digo, sino más bien división. 52 Porque desde ahora en adelante, cinco en una casa estarán divididos; tres contra dos y dos contra tres. 53 Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra" (cf. Mateo 10:33-35)
(1 Corintios 2:19-21): "Porque la sabiduría de este mundo insensatez es para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos.. Y también: El Señor conoce los razonamientos de los sabios, los cuales son inútiles. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos"
"Aceptar" es el opuesto de "rechazar" y cualquier persona entiende que los cristianos rechazamos el ateísmo tanto como los ateos rechazan el cristianismo. También rechazamos las ideas falsas de otras religiones y del mundo, de la misma forma en que ellos rechazan nuestras ideas.
El diccionario define el respeto como la "consideración acompañada de cierta sumisión". Consideración "de que algo es digno". Respetar es mostrar "alta estima" hacia algo o alguien. ¿Respetamos sus ideas? ¿Respetan ellos nuestras ideas? No lo creo. La Biblia también enseña que no podemos volvernos parte de un vínculo ideológico con ningún incrédulo:
El diccionario define el respeto como la "consideración acompañada de cierta sumisión". Consideración "de que algo es digno". Respetar es mostrar "alta estima" hacia algo o alguien. ¿Respetamos sus ideas? ¿Respetan ellos nuestras ideas? No lo creo. La Biblia también enseña que no podemos volvernos parte de un vínculo ideológico con ningún incrédulo:
(2 Corintios 6:14-18): "14 No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? 16 ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: Habitaré en ellos, y andaré entre ellos y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 17 Por tanto, salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor; y no toqueis lo inmundo, y yo os recibiré. 18 Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso"
(Amós 3:3): "¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?"
No podemos estar de acuerdo con todos, pero tolerar sus ideas o creencias y respeta a la persona. Hacer una diferenciación entre la persona y entre sus ideas es algo esencial, y entender que Dios ama al pecador, pero odia el pecado, es algo primordial para el cristiano.
La verdadera tolerancia significa que aunque rechazamos y estamos en desacuerdo con las ideas de los demás, permanecemos respetándolos y amándolos como personas, como creación de Dios que son, y les respetamos tratandoles como nosotros mismos quisiéramos ser tratados: bien.
No es necesario tener las mismas ideas de la otra persona para poder llegar a amarla, pero es nuestra obligación ante Dios rechazar sus ideas anticristianas. Si las otras personas tienen ideas contrarias a las de Cristo, son entonces nuestros "enemigos ideológicos". Pero Cristo nos llama amar a nuestros enemigos ideológicos:
En otras partes del Nuevo Testamento, el apóstol Pablo reconoce la tolerancia:La verdadera tolerancia significa que aunque rechazamos y estamos en desacuerdo con las ideas de los demás, permanecemos respetándolos y amándolos como personas, como creación de Dios que son, y les respetamos tratandoles como nosotros mismos quisiéramos ser tratados: bien.
No es necesario tener las mismas ideas de la otra persona para poder llegar a amarla, pero es nuestra obligación ante Dios rechazar sus ideas anticristianas. Si las otras personas tienen ideas contrarias a las de Cristo, son entonces nuestros "enemigos ideológicos". Pero Cristo nos llama amar a nuestros enemigos ideológicos:
(Mateo 5:38-48): "43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (cf. Lc. 6.27-36)
(Romanos 12:17-18): "Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres"
(Colosenses 3:13): "12 Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad"
Aunque no debemos tener comunión espiritual con incrédulos, la Biblia reconoce que es imposible no convivir con ellos o trabajar a su lado en lugares como el trabajo, la escuela o la ciudad. Pero nos dice que es preferible convivir con estas personas, que con falsos creyentes:
(1 Corintios 5:9-13): 9 En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales; 10 no me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo. 11 Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis. 12 Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro de la iglesia ? 13 Pero Dios juzga a los que están fuera. EXPULSAD DE ENTRE VOSOTROS AL MALVADO."